Autor: Fernando Pascual
Confiamos en el pronóstico del tiempo. Salimos de casa sin precauciones especiales. La tormenta nos cogió desprevenidos. Una pulmonía dejó consecuencias graves para varios meses.
No revisamos si la plancha había sido desenchufada. Al cabo de un tiempo, toda la casa olía a humo y por fortuna pudimos evitar un incendio mucho más serio.
Esperábamos que aquel postre iba a agradar a los parientes invitados. Pero en el mismo había, escondida, una dosis no pequeña de virus malignos. Y varios se contagiaron de hepatitis.
Supusimos que todavía faltaban dos semanas para arreglar el tema de aquel impuesto. Pero nos equivocamos, y la multa fue tan grande que ese año tuvimos que hacer enormes sacrificios para salir adelante.