Autor: Álvaro Correa
Esta palabra, “fama”, viene del latín y
significa “renombre o reputación”. Se trata, por tanto, de que algo personal o
privado que pasa a ser una “voz pública”.
El poeta Virgilio describe la “fama”
como una criatura horrible, de origen divino, veloz, con fuerza dinámica, y de
aspecto monstruoso. ¿Sueñas con ser “famoso”? Es decir, ¿quieres poner tu
persona en la boca del público y que hablen de ti?
En verdad se trata de algo “monstruoso”,
si estás dispuesto a disolverte en los gustos de aquellos cuyo aplauso buscas.
¿Y tu personalidad? Bien dice el Kempis: “No eres más porque te alaben
(entendámoslo “porque seas famoso”), ni menos porque te vituperen; lo que eres
ante los ojos de Dios, eso eres”.