Autor: Navegando entre ideas
En el capítulo 9 de su obra “Evangelio y utopía”, el P. José María Iraburu explica cómo resulta errado considerar que la política puede llevar a la perfección de los seres humanos. He aquí sus palabras:
“Se equivocan profundamente los hombres idealistas cuando ponen su esperanza de perfección en la política; y se ven necesariamente defraudados. La política no puede conducir a la perfección humana comunitaria. No puede conseguir esto una acción política apoyada, de un modo u otro, en una mayoría en la que predomina la sensualidad y la imprudencia. Los políticos democráticos, concretamente, saben bien que el pueblo es ignorante y egoísta, como suelen serlo ellos mismos; pero le hablan como si fuera esclarecido, infalible y noblemente altruísta. Todos ellos se sumergen para conseguir el poder o sus propios intereses en el baño de una mayoría que saben mediocre, y que tratan de manipular por todos los medios. Todos saben que el pueblo, convenientemente manipulado, preferirá a Barrabás antes que a Cristo, y reclamará la muerte del justo «a grandes voces» (Mt 27,23).