Autor: Álvaro Correa
Hay libros que merece la
pena el esfuerzo de leer. Uno de ellos es “Las confesiones” de san Agustín.
Hojeando sus páginas leemos lo siguiente, en referencia al tiempo de su lejanía
de Dios:
“Yo llegué a encontrarme
sin deseo alguno de los alimentos incorruptibles; pero no porque estuviera
lleno de ellos, sino porque mientras más vacío me encontraba, más los
rechazaba” (Confesiones, 3,1,1).