30 de diciembre de 2024

Actos y consecuencias no previstas

Autor: Fernando Pascual

Los actos humanos introducen novedades en el mundo. Generan procesos. Producen bienes o males. Tienen consecuencias.

Esas consecuencias a veces son previstas. Sé que si envío ese mensaje habrá alguien que se enfadará. Sé que si hoy no pago esta factura mañana en la tienda me tratarán peor (o al menos con poca simpatía).

En otras ocasiones las consecuencias son imprevistas. Por más que pensemos y que intentemos calcularlo todo, nuestras acciones llevan a resultados que nunca habríamos ni sospechado.

23 de diciembre de 2024

El gozo tras un trabajo terminado

Autor: Fernando Pascual

Una tarea urgente y difícil. Manos a la obra. Tropiezos, avances, problemas inesperados, decisiones sobre la marcha.

El tiempo corre. ¿Terminaremos a tiempo? Dejamos a un lado aparatos, gustos, paseos, músicas.

Conforme uno avanza, alegría y temor se suceden. La tarea, ¿va por buen camino? ¿Es lo que se espera? ¿Estoy haciéndolo bien? ¿Acabaré a tiempo?

Consultas y respuestas. Hay que ajustar el tiro ante opciones equivocadas. Otras decisiones han sido acertadas. El trabajo procede viento en popa.

16 de diciembre de 2024

Pensar desde alternativas

Autor: Fernando Pascual

Puedo pensar desde afirmaciones que veo como “seguras” y que no dejan espacio a alternativas. O puedo pensar con una mente abierta a diversas opciones.

Por ejemplo, al escuchar la noticia de la muerte repentina, en la calle, de una persona joven, puedo pensar que habrá sido un infarto. O puedo pensar en otras posibles causas de muerte: un ictus, una medicina mal tomada, un resbalón desafortunado...

Desde luego, hay alternativas que se desvelan rápidamente como falsas: en el caso de la muerte del joven, no tiene sentido pensar en un posible atropello cuando las cámaras de seguridad recogen claramente cómo se caía mientras caminaba por una calle solitaria.

9 de diciembre de 2024

Lo útil no lo es todo...

Autor: Fernando Pascual

Nos gustan los resultados. Queremos que el dinero del banco “crezca” con los intereses, que los niños aprendan bien sus clases de natación, que el trabajo dé frutos inmediatos, y que las carreteras nos permitan correr más y más sin los peligros de esos baches escondidos que aparecen donde uno menos lo espera.

Nuestra vida práctica está llena de cálculos para escoger lo que resulte más útil. Si voy por esta calle, el tráfico me va a hacer perder 3 minutos. Si dejo descolgado el teléfono, no recibiré esa llamada de quien tanto me molesta. Si pago todos los impuestos, no podré comprar un televisor nuevo. Si no se dice de vez en cuando una mentira, el esposo o la esposa quizá castiguen a ese hijo que necesita mucha comprensión y paciencia. Es necesario pensar bien lo que va a ocurrir si acepto este préstamo o si decido esperar un mes más antes de sembrar el maíz que he comprado a precios astronómicos.

2 de diciembre de 2024

Con un poco de prudencia

Autor: Fernando Pascual

“Detente, no tengas prisas”. “¿Tienes de verdad claro lo que vas a hacer?”. “Piénsalo bien, no sea que al final tengas que arrepentirte”. “Lo importante madura lentamente”. “No sigas el consejo de lo fácil. Escucha la sabiduría de las canas”.

Estos y otros consejos parecidos nos llegan una y otra vez para invitarnos a vivir una virtud que resulta central para toda vida humana: la prudencia.

¿En qué consiste la prudencia? El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1806) ofrece la siguiente definición:

“La prudencia es la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo”.