Autor: Fernando Pascual
Decido empezar una dieta, o salir a pasear al parque, o
visitar a un amigo en el hospital, o participar en un chat de Internet.
La dieta mejora mi salud, pero lleva a cierta descompensación
en la sangre. En el parque consigo aplacar mis tensiones, pero se me pasa el
tiempo y al final no termino un trabajo urgente. Tras salir del hospital siento
un sospechoso dolor en la garganta que me inquieta.
Las decisiones que tomamos tienen sus consecuencias. Algunas nos parecen buenas, porque pensamos que los resultados de aquella actividad serán útiles y buenos. Otras las juzgamos como malas: la visita al hospital ha provocado un contagio que, incluso, no solo me afecta a mí, sino a otros familiares.