Autor: Fernando
Pascual
Quisiéramos que las
relaciones humanas fuesen perfectas: claras, lineales, sin engaños, sin
confusiones, sin gestos de traición, sin invasiones inadecuadas en lo que se
refiere a la vida privada.
La realidad, sin embargo, es
muy diferente. Una palabra repetida fuera de contexto, un momento emotivo que
lleva a hablar más de lo oportuno, un término usado de modo inadecuado, un
retraso debido a descuidos más o menos inocentes, crean miles de malentendidos
que enrarecen las relaciones y que pueden iniciar, por desgracia, situaciones
de conflicto.
Es difícil vivir de tal
manera que no se produzca nunca un malentendido. Cuando se produce la situación
no deseada, hace falta poner aquellos medios que sirvan para aclarar las ideas,
para explicarse de la mejor manera posible, para reconstruir puentes dañados.
Cuando llega un malentendido,
algunos reaccionan de modo desproporcionado. Se sienten víctimas y
contraatacan, o se cierran en un resentimiento contenido. Es comprensible una
reacción así, pero a veces se trata de un exceso de emotividad herida.
Seguramente será necesario un esfuerzo especial para aclarar lo que sea
necesario y para curar heridas que no deberían haberse producido.
Al mismo tiempo, hace falta
aprender de este tipo de situaciones y así encontrar caminos que eviten
malentendidos perniciosos. En ocasiones bastará con reforzar una comunicación
con varios métodos (por escrito, por teléfono, en una cita cara a cara). En
otras ocasiones, será oportuno preparar el terreno para que un dato concreto
llegue del modo más adecuado a sus destinatarios. Siempre habrá que analizar
bien las palabras para evitar las que puedan confundir y para escoger las que
sirven para dejar bien claras las ideas, en la medida de lo posible.
Los malentendidos serán casi
siempre, a pesar de todos nuestros buenos esfuerzos, parte integrante de la
vida cotidiana. Saber afrontarlos con serenidad y buscar caminos para sanar los
daños que podamos haber causado en otros será una señal inequívoca de nuestro
deseo sincero por promover el bien de todos y por construir un mundo más
fraterno, armonioso y comprensivo.
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