25 de noviembre de 2024

Para que las comisiones no olviden a la gente

Autor: Fernando Pascual

El mundo no puede progresar sin el trabajo en equipo. Hacen falta comisiones.

Las comisiones buscan puntos de convergencia, pistas de acción más o menos convincentes, llegar a resultados y decisiones.

Pero existe el peligro de olvidar a la gente concreta, a las personas. Porque una comisión de estudio puede elaborar un documento muy hermoso en sus ideas y muy dañino en sus aplicaciones. Porque en la vida práctica habrá quienes aplaudan el resultado decidido y quienes sufran por no adaptarse bien a las nuevas directrices.

Las sociedades humanas están formadas por individuos concretos. Cada uno tiene una historia, un camino a sus espaldas. Vive el presente y mira hacia el futuro con miedos y esperanzas, con ideas buenas y con otras equivocadas, con claridad en sus metas o entre dudas.

Lo que cada uno perciba ante lo propuesto por una comisión es, en muchos casos, diferente. Porque lo decidido “arriba” por un grupo de expertos no puede llegar a comprender los muchos intereses y situaciones de quienes viven “abajo” en un mundo polícromo y lleno de singularidades.

Por eso, más allá del trabajo de las comisiones, y después de las decisiones adoptadas, hace falta ese acercamiento sereno y constructivo a cada persona en su situación única, particular, concreta.

Ese es uno de los grandes temas para la buena marcha de los grupos y de las sociedades. No podemos vivir sin reglas que permitan una buena convivencia. Pero no podemos construir esas reglas en contra de los legítimos intereses de cada persona.

Por eso, la gran tarea de quienes tienen algún tipo de responsabilidad consiste en el saber adaptar, en lo posible y razonable, decisiones generales a lo que pueda ser mejor para cada caso particular.

Sí: la persona está al centro de toda organización humana. Recordarlo no sólo sirve para tomar buenas decisiones, sino para aplicarlas con esa prudencia propia de quienes saben llegar a cada uno en el máximo respeto de sus legítimos intereses.

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