26 de octubre de 2020

Una reflexión ante la pandemia actual


Autor: Marcello Pierucci

Queridos amigos: el difícil momento que vive toda la humanidad me invita a hacer una reflexión, que, aunque susceptible de error, deseo compartir con vosotros.

En las últimas décadas, por la gracia y la desgracia del creciente uso de las nuevas tecnologías, se ha producido una fuerte aceleración del sistema de vida que ha tenido lugar en todo el planeta, y en particular en los llamados países avanzados.

Los compromisos serios a los que cada uno de nosotros está sometido se han multiplicado, y lo que parecía darnos crecimiento y libertad, en realidad, nos somete cada vez más a nuevas obligaciones que, combinadas con el orgullo de las conquistas ilusorias, nos están alejando cada vez más de Dios y de las leyes indelebles de la Verdad.

En el plano social se han formado tales disparidades que el flujo de grandes riquezas ha terminado en posesión de un pequeño número de personas, tan pocas que pueden contarse con los dedos de las manos. Todo ello en detrimento de miles de millones de hombres y mujeres que cada vez son más pobres y sufrientes.

19 de octubre de 2020

Movilización general a favor de la vida


Autor: Fernando Pascual

 La vida no existe en el aire. La vida es algo que pertenece a cada viviente. Trabajar por la vida, entonces, es ayudar a cada hombre, a cada mujer, que de algún modo ven amenazadas su salud o su misma existencia.

Las amenazas contra la vida son numerosas. Violencia e injusticias provocan cada año millones de muertes. Enfermedades y accidentes de trabajo o de otro tipo provocan en miles de personas días o meses de sufrimiento e incluso la muerte. El aborto cercena cada día la existencia de miles de víctimas anónimas en una estadística interminable (y nunca del todo conocida).

Frente a tantos peligros, el “pueblo de la vida”, como lo llamara el beato Juan Pablo II, se compromete seriamente para una movilización general a favor del débil, del anciano, del enfermo, del hambriento, del hijo antes de nacer.

Es cierto que nuestras acciones pueden parecer insignificantes. Sin embargo, frente a los millones de dólares o de euros que disponen las industrias de la muerte (clínicas abortistas, fábricas de armas, empresas orientadas a la explotación de los pobres), es posible dar pequeños pasos, construir diques contra el mal, tender la mano a personas concretas que recibirán no sólo una ayuda sino, sobre todo, cariño y justicia.

La invitación a una movilización general a favor de la vida, lanzada por Juan Pablo II en su encíclica “Evangelium vitae”, vale hoy como vale siempre. En todas las épocas ha habido peligros y amenazas. Pero quizá hoy, frente al poder de armas cada vez más sofisticadas, frente a la perversión de cientos de médicos que sirven a la muerte en vez de ayudar a la vida, hace falta unir fuerzas.

Entonces será posible que hombres y mujeres de buena voluntad, creyentes de distintas religiones o incluso buscadores que no han encontrado todavía a Dios, pondrán un dique a las fuerzas del mal. Con su compromiso, humilde pero decidido, ayudarán a quienes, pequeños, débiles o enfermos, esperan encontrar manos amigas con las que poder sobrevivir en un mundo en el que nadie sobra y en el que todos podemos colaborar en la búsqueda del bien, de la verdad y de la justicia.

12 de octubre de 2020

Contradicciones


Autor: Fernando Pascual

Aristóteles estuvo magnífico. Bueno, para algunos, porque otros no estaban de acuerdo.

¿Qué había dicho? Que una cosa no puede ser una cosa y al mismo tiempo no serlo. O, en concreto, que un hombre es hombre y basta.

¿Por qué? Porque si un hombre no fuera un hombre no sería un hombre. Y porque es un hombre, por lo tanto es un hombre.

Parece un juego de palabras. La cosa, sin embargo, tiene miga, porque es posible encontrar a alguien que diga que un hombre no es un hombre, o que este hombre no es hombre.

5 de octubre de 2020

Sacerdotes que hablan como médicos


Autor: Rodrigo Fernández de Castro de León

Estaba comiendo con una familia italiana cuando la mamá dijo con cierto aire de tristeza que le parecía que en estos meses de pandemia algunos sacerdotes se habían comportado más como médicos que como pastores. «Hablan más como médicos que como sacerdotes. En lugar de hablarnos de Dios, hablan de higiene y de salud».

Ha pasado una semana desde que escuché esa frase. Tengo que confesar que me golpeó y me dejó reflexionando muy profundamente. Quizás porque mi conciencia me reclama pedir perdón por un comportamiento que en muchos casos ha sido generalizado en los sacerdotes, seminaristas y religiosos de la Iglesia, incluyéndome a mí mismo.