Autor: Gustavo Cerros
Rayo de luz cegador que
devuelves la vista a nosotros, ciegos de Dios.
Reflejo sin mancha que al
contemplarte
nos desvelas la misma Gloria
del Creador.
Inmaculada te creó y así
permaneces.
Luz te pensó y radiante hoy
te contemplamos.
Parecería, por tanta
perfección, que un abismo nos separa
pues eres la creatura más
excelsa y bella jamás creada;
parecería, pero no, pues
como don nos has sido dada,
Madre de Dios y, sin que lo
merezcamos, Madre nuestra.
Mamá, permítenos correr
hacia tus brazos ante la prueba,
porque sin Ti nada podemos.
a la presencia de tu Divino
Hijo.
Y en la pureza fulminante
con la que hoy te recordamos,
guárdanos puros y limpios a los ojos de tu Hijo,
nuestro Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario