25 de marzo de 2019

¡Urge!


Autor: Álvaro Correa

Los anuncios publicitarios que salpican las carreteras suelen ser muy llamativos. Algunos, incluso, pueden distraer por un fugaz y peligroso segundo la atención de los conductores.

En este momento cabe mencionar uno que consistía en un enorme “URGE” emergiendo como un picacho sobre un paisaje idílico. ¿A qué se refería? Obviamente a indicar la necesidad de saborear unas agradables vacaciones…

Queda claro que la invitación procedía de una agencia de viajes. Pero, ¿de verdad nos urgen unas vacaciones? El concepto de “urgencia” proviene del latín (urgentia) y se refiere a algo que debe resolverse de manera inmediata.


Dios quiera que puedan descansar quienes lo necesiten, especialmente por motivos de salud. A otros nos urge, por el contrario, cumplir en detalle con nuestras responsabilidades familiares y profesionales.

Nos urge ser coherentes, honestos y maduros ante la marejada de vanalidad y ligereza que arrasa ciertos aspectos de la vida actual. Nos urge actuar por principios, no por caprichos o gustos que desangran la integridad del propio comportamiento y de las relaciones con los demás.

Nos urge amar más a Dios y a nuestro prójimo superando las fuerzas del egoísmo. En fin, quizás una frase típica de Mafalda responda a la publicidad: “Como siempre: lo urgente no deja tiempo para la importante”.

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