19 de febrero de 2014

Marineros o Astrónomos

Autor: Tony Flores

Hace algunas décadas, antes de que existieran los sistemas de posicionamiento global, los navegantes se orientaban en sus viajes guiándose únicamente por las estrellas. Esta antigua profesión, junto con la de los astrónomos (no astrólogos), implicaban un constante volverse al cielo en busca de las estrellas. La única diferencia es que unos las buscaban para servirse ellas como un medio y los otros por sí mismas como un fin.

Hoy en día, al igual que estas dos profesiones, existen dos tipos de cristianos que se distinguen únicamente en las razones por las que elevan su mirada: aquellos para quienes Dios es solo una especie de 911, un buzón de sugerencias o una máquina dispensadora de favores; y aquellos otros que lo buscan como se busca a un amigo: por Sí mismo y como único fin.

Los primeros se parecen a los marineros, que miran al cielo únicamente para encontrar la tierra, y una vez en ella se olvidan por completo del cielo; los otros son como los astrónomos, que miran poco las cosas de la tierra y las usan solo para buscar el cielo.

En el invierno de las dificultades es casi imposible distinguir a unos de otros pues a ambos se les ve muy cerca de Dios. Sólo en la prosperidad de la primavera se diferencia mejor el trigo de la cizaña, y la diferencia radica en esto: que unos buscan los dones de Dios mientras los otros, en cambio, buscan al Dios de los dones.

En el fondo, quien busca únicamente servirse de Dios, consciente o inconscientemente está buscando construir su cielo aquí en la tierra, y se verá defraudado pues no debemos olvidar que los cristianos "viven en la tierra pero su ciudadanía está en el cielo" (Carta a Diogneto n. 5).

Quien es un buen cristiano sabrá también ser buen amigo, pues la santidad no es otra cosa que amistad desinteresada con Dios. Y nosotros, ¿por qué buscamos a Dios?

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