Autor:
Juan Pablo Peña
Aquella mañana apenas salir el sol
Junto a su hijo emprendió el camino
Porque una voz del cielo habló en su interior
Para pedirle el don más grande
Toma a tu hijo,
El más amado, ofrécelo
En sacrificio
Yo te lo he dado
Y en él quiero conocer tu amor
Tomó la leña y la cargó sobre el pequeño
Que fatigado preguntó
¿Padre, dónde está el cordero?
¿Padre, dónde está el Señor?
Y en aquel monte
Su corazón se estremeció
Y solo un ángel
Pudo escucharle
Cuando por dentro exclamó:
Yo quiero ser sacrificio
En el altar del Dios bueno
Abandonar mis anhelos
Hundirme en tus sueños
Y abrirte mi corazón
Para que vivas en mí
Y me consuma tu amor
Con aquel fuego divino
Que hace fecundo
El gozo como el dolor
Cuando los vivo por Ti.
Tú que conoces lo más profundo de mí
Pues con amor me has creado
Y te abrazaste al madero de la cruz
Para pagar por mi pecado
¿Dónde te escondes?
¿Dónde te puedo encontrar?
Sólo tu fuerza
Y tu mirada
Puede moverme a predicar:
Yo quiero ser sacrificio
En el altar del Dios bueno
Abandonar mis anhelos
Hundirme en tus sueños
Y abrirte mi corazón
Para que vivas en mí
Y me consuma tu amor
Con aquel fuego divino
Que hace fecundo
El gozo como el dolor
Cuando los vivo por Ti.
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