5 de octubre de 2015

La calle más estrecha del mundo


Autor: Álvaro Correa

Así como hay avenidas amplias, de igual manera hay calles estrechas, sumamente estrechas. Pero, ¿cuál es “la calle más estrecha del mundo”?

Hay varias ciudades que pugnan por brindar a los turistas esa curiosidad, entre otras Praga (República Checa), Hervás (Cáceres, España) y Reutlingen (Alemania).

El hecho es que si queremos pasar por esas calles debemos ajustarnos a un espacio que oscila entre 30 y 50 centímetros de ancho. Si tuviésemos kilos de más, correríamos el riesgo de atorarnos y de provocar un embotellamiento…

Y olvidémonos de llevar objetos voluminosos. Por esas calles se circula ligeros de peso, libres de pertenencias, y, en cierta manera, en solitario, pues no caben dos personas juntas.

Viene al dedillo aplicar esta imagen al camino o puerta que conduce al cielo y que es así mismo estrecho (cf. Mt 7,13). Contrariamente al sentido de ahogo que damos a la estrechez en nuestras realidades terrenas, Nuestro Señor le concede un sentido espiritual de desprendimiento voluntario, de donación generosa y de amor sin medida. Él mismo sembró de belleza ese camino con sus huellas.

El crecimiento en la vida espiritual está muy ligada a la capacidad que tengamos de ser austeros. Seguramente esto asusta a una sociedad sumergida en la opulencia y el consumismo. Pero, al fin y al cabo, nuestro corazón desea el cielo y nos alienta a entrar en ese camino estrecho de la superación, de la conversión y santidad. Es un camino pacífico y…. sin accidentes de tráfico.

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