Autor: Álvaro Correa
Fuente: Curiosidades y bendiciones
Decía Santa Teresa de Jesús que “la vida
es una mala noche en una mala posada”. Hay que anotar que las posadas o
albergues, en época de la santa, eran bastante penosos.
Así describe uno ella misma en su libro
de las Fundaciones: “…una camarilla a teja vana; no tenía ventana y, si se
abría la puerta, toda se henchía de sol (habéis de mirar que no es como el de
Castilla por allá, sino muy más importuno). Hiciéronme echar en una cama, que
yo tuviera por mejor echarme en el suelo, porque era de unas partes tan alta y
de otras tan baja, que no sabía cómo poder estar, porque parecía de piedras
agudas…”.
A esto había que sumar el ambiente que
pululaba entre la gente; nada recomendable para una monja de clausura…
Esta manera de comparar la vida podría
parecer pesimista, si faltase la dicha y seguridad que inundaba su corazón,
enamorado de Cristo y sediento de hacer el mayor bien posible. Digamos que la
santa de Ávila sufrió la vida a fondo y que era una mujer práctica y sumamente
realista.
La vida es dura, pero no cruel; es
cuesta arriba, pero apunta hacia una meta dichosa. No podemos prometernos el
paraíso aquí abajo, pero sí hacer de cada día un paso que nos acerque más a
Dios.
Teresa, que pasó tantas “malas noches”,
nos invita a la serenidad con la certeza que a ella misma consoló: “Nada te
turbe, nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo
alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta”.
1 comentario:
Considero que este texto de Salvador Correo es bueno e inspirador , amén desde luego de la cita y su explicación. Gracias
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