5 de septiembre de 2016

Amistades cercanas y virtuales



Autor: Álvaro Correa
(Tomado de Curiosidades y bendiciones)
 
Basta dar un toque al teclado para establecer un contacto con un vecino de casa, como también con una persona desconocida que habita en un país lejano.

Ésta es una de las maravillas que nos conceden las redes sociales. Ahora bien, queda clara la distinción entre un “amigo virtual” y un “amigo real”.

Según algunos estudios, se dice que somos capaces de reconocer el rostro de unas 1.500 personas; que son unas 500 las que tejen nuestras relaciones en las actividades ordinarias; que sabemos algo de la vida de 150; que contamos con unos 50 buenos amigos con los que compartimos momentos de la vida personal y familiar; y que posiblemente sean 15, como mucho, las personas que consideramos en verdad amigos del alma, a quienes concedemos una confianza plena y por los cuales aceptamos cualquier sacrificio.


Entre la hechizadora esfera virtual y la concreta de nuestra realidad se extiende un extenso valle de separación que ilustran bien las siguientes sentencias: “Amigo no es aquel que sabe tus experiencias, es aquel que las vivió contigo” y “Lo importante no es tener 100 amigos, sino tener aunque sólo sea uno que esté a nuestro lado, cuando lo necesitamos”.

¡Qué tesoro es una amistad profunda y leal! Dios mismo nos considera amigos porque el camino de la vida nos se recorre en soledad, y las pruebas sólo se superan con la ayuda de una mano amiga.

Así que seamos fieles a las amistades cercanas y, dentro de lo posible, hagamos cercanas las virtuales…

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