Autor: Max Silva Abbott
Según se ha dicho hasta el cansancio, el
proyecto de ley que busca despenalizar el aborto en Chile es solo el primer
paso para lograr el aborto libre, al ser considerado una prerrogativa
fundamental de los llamados “derechos sexuales y reproductivos”. Por eso se
engañan quienes creen que estableciendo determinadas causales (peligro para la
vida de la madre, inviabilidad del no nacido y violación) se logrará contener a
sus promotores.
Sin embargo, lo que muchos no han
percibido es que incluso dentro de estas tres causales supuestamente
“restringidas” se esconde la semilla del aborto libre.
Esto ocurre en la tercera causal. Ello,
porque prácticamente basta con el testimonio de la mujer que señale haber sido
víctima de una violación. Si bien su caso debe ser analizado por una junta ad
hoc de médicos del establecimiento al cual acuda solicitando el aborto, es de
sobra conocido que una violación es difícil de probar: no cualquier señal o
marca física que quede en la mujer es indiciaria de haber sido abusada (de
hecho, podría haberse producido también por una relación consentida), muchas se
sanan relativamente rápido y a veces ellas pueden no existir. Por tanto, ante
esta nebulosa, resulta clave el testimonio de la mujer.
Tal vez el caso más complejo sea aquel
en el que la mujer que dice haber sido violada se encontraba bajo los efectos
del alcohol o de alguna droga, lo cual podría ocasionar, aunque no
necesariamente, que al momento de la relación sexual haya estado privada de
sentido (caso en el que, efectivamente, existiría violación). Sin embargo,
muchas veces sus recuerdos pueden ser sumamente borrosos y poco claros, todo lo
cual hace todavía más endeble su testimonio, sin perjuicio, como se ha dicho,
de tratarse de una situación que no siempre deja rastros.
Más aún: tal como está redactado el
proyecto, no sería imposible que una mujer se sometiera voluntariamente a los
efectos del alcohol o de alguna droga, tuviera una relación sexual plenamente
consentida y alegara posteriormente (al notar el atraso en su regla) que ha
sido víctima de violación. De esta manera, podría estar aprovechándose de su
propio dolo, o desde otra perspectiva, haberse expuesto imprudentemente al
daño.
Todo lo dicho, sin perjuicio de la
posibilidad que una mujer haya tenido una relación sexual plenamente consentida
y en completo uso de sus facultades mentales, y alegue posteriormente que se
trató de una violación. Y finalmente, que fruto de todo lo anterior, pueda
condenarse por violación a un hombre inocente.
En resumen, tal como está planteada, la
causal de violación es la puerta hacia el aborto libre.
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