Autor: Max Silva Abbott
A pesar de las advertencias de varios
médicos y estudios sobre sus serios efectos negativos, la legalización del
consumo de marihuana sigue avanzando en varios países, de la mano de banderas
pseudolibertarias y de la democracia.
El principal argumento que suele
escucharse es que cada uno es libre para hacer con su vida lo que quiera,
siempre que no afecte a otros, razón por la cual el Estado no debiera
inmiscuirse en la esfera privada de las personas.
¿Es tan cierto esto? Es verdad que cada
uno posee una libertad que lo puede llevar a tomar muchos caminos; mas lo
anterior no quiere decir que cualquier uso de la libertad sea indiferente. Es
por eso que entre otros, la moral y el derecho intentan orientar la conducta
para lograr una mejor vida individual y colectiva, lo cual demuestra que
existen varias decisiones ilícitas, por mucho que las defiendan quienes las
realizan.