Autor: Celso da Silva
Todos los seres humanos llevan en su corazón algún buen
deseo capaz de cambiar su vida y la vida de otros para bien.
Al mismo tiempo, nadie puede negar que en la vida surgen
obstáculos, problemas, a veces nos topamos con calles sin salida: la muerte de
un ser querido, una enfermedad que condiciona y limita, un contratiempo o un
accidente repentino.
Entonces se vuelve cierto lo que suelen decir: la vida es
dura y cruda. Y así nuestros buenos deseos parecen ser parpadeos de luciérnagas
en la oscuridad: al final no alumbran nada.