Autor: Fernando Pascual
Muchos bautizados
no comprenden el valor del ayuno, no saben para qué ayunar y por qué ayunar.
Algunos, porque ni siquiera conocen qué enseña el Evangelio y la Iglesia sobre
el tema. Otros, porque han dejado la propia fe en el armario del pasado. Otros,
simplemente, porque ven el ayuno como algo que va contra los propios gustos,
contra la “realización personal”.
Mientras no se
produzca un despertar religioso en muchos corazones, el ayuno seguirá en el
olvido. O será vivido, entre quienes desean “cumplir” y obedecer lo que pide la
Iglesia, con rutina, con fastidio, como una norma del pasado que se soporta con
la esperanza de que pronto termine la Cuaresma y llegue la Pascua.