Autor: Fernando Pascual
La memoria trabaja continuamente. Con ella guardamos una enorme cantidad de números, rostros, frases, lugares, hechos del pasado, poesías y escenas de películas.
Gracias a la memoria, conservamos lo que luego está a nuestra disposición, para hablar con palabras justas, para aportar una información de interés, para ofrecer a otros datos que hemos aprendido.
Por eso, no podemos dejar a un lado la memoria, ni menospreciarla, ni criticarla. En ese sentido, es extraño el esfuerzo de algunos por marginar, incluso por criticar, el papel de la memoria en la escuela.