Autor: Luis Alfonso
Orozco
El día de la canonización de
los dos Papas, 27 de abril, se dio a conocer un breve reporte que habla acerca
de la “descristianización” acelerada que padece el Reino Unido. Según sondeos
recientes del país sólo un 14% de los británicos se dice practicante, en una
sociedad profundamente transformada por la inmigración.
Claro está que las
estadísticas sólo son aproximativas, pero de algún modo reflejan las tendencias
y datos de hecho en una sociedad que experimenta cambios profundos. Para el
exarzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, el país de los
anglo-sajones (de ahí le viene su nombre moderno de Inglaterra) es ya un país “post-cristiano”,
en el que la religión ha pasado a ser un factor irrelevante para muchos de sus
habitantes.