Autor: Fernando
Pascual
Se cumplen diez años
desde que Benedicto XVI pronunciase un discurso profundo y estimulante. El Papa
hablaba a la comunidad universitaria, en la ciudad de Ratisbona, el 12 de
septiembre de 2006, en el contexto de su segundo viaje a Alemania.
Sus palabras fueron
una reflexión sobre la importancia de unir fe y razón como camino irrenunciable
para el diálogo entre las culturas y las religiones.
A la vez, el Papa
quería mostrar la necesidad de un rechazo firme y categórico al uso de la
violencia como camino para imponer la propia religión. Porque la razón del
hombre que se dispone a creer trabaja desde la libertad. En un clima de
libertad, es posible adherirse de modo digno y responsable a un credo
religioso, no desde el miedo provocado por quienes desean subyugar a los demás
desde el miedo y las amenazas.