Autor: Celso Júlio da Silva
El papa Francisco ha sorprendido el
mundo con su maravillosa peregrinación a Tierra Santa. El momento fuerte de la
visita fue, no cabe duda, aquel abrazo fraterno entre
Francisco y Bartolomé I después de cincuenta años del abrazo fraterno entre
Pablo VI y Atenágoras en 1964.
Sin embargo, la peregrinación del papa
Francisco fue más allá de lo previsto. Con gestos impregnados de sentido, con
palabras claras, sencillas y directas, con la sonrisa natural que le
caracteriza, Francisco supo encontrarse y dialogar con el mundo de la política
y de las religiones, respetando y pidiendo respeto. En primera persona, impulsó
las exigencias de la Nueva Evangelización en la dimensión social contenidas en
su Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium”.