Autor: Nicolás Estrada
“Dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo”. Dos mil años después seguimos citando al sabio Arquímedes, convencidos de su grandioso descubrimiento. Se cita en las clases de física elemental: palancas de primer y segundo grado, balanzas, básculas, aplicación de fuerzas en la ingeniería.
Hoy se recuerda la frase del sabio, sus experimentos con poleas, sus inventos de guerra, pero quizás no su sabiduría humana. Arquímedes nos deja una lección esencial: el punto de apoyo.
Un punto de apoyo no necesariamente debe ser material. ¿Acaso el amor por la ciencia no movió a Einstein a cambiar el mundo con sus ecuaciones? ¿O el deseo de ir más allá no embarcó a Colón al Nuevo Mundo?