27 de mayo de 2019

Sobre la perfección


Autor: Fernando Pascual

Usamos como moneda frecuente palabras que implican perfección o imperfección, mejoras o empeoramientos, éxitos o fracasos.

Cuando profundizamos en la palabra perfección, podemos encontrar matices que sorprenden. Porque perfección implica que algo tiene cualidades que quizá no tendría.

Un vaso de agua. Tiene color, tiene forma, tiene consistencia... y tiene una grieta. Es imperfecto. No sirve para beber tranquilamente agua fresca.

20 de mayo de 2019

La guerra más corta y la más larga


Autor: Álvaro Correa

La Real Academia Española define la “guerra” de diversas maneras. Se trataría de una “desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias”, de una “lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación”, o bien, de una “pugna, oposición, rivalidad (aunque sea en sentido moral)”…

Y, según las circunstancias, habría diversas acepciones. La guerra podría ser a muerte, abierta, atómica, biológica, campal, civil, psicológica, electrónica, santa, sucia, fría, de posiciones, de trincheras, de precios, etc.

13 de mayo de 2019

La neutralidad científica: un mito


Autor: Fernando Pascual

Hay quienes defienden que la investigación y la ciencia son (o deberían ser), por naturaleza, neutrales, ajenas a criterios éticos y a ideas filosóficas o culturales que puedan impedir su normal desarrollo. Lo cual es lo mismo que defender que las autoridades y la sociedad habrían de tomar una actitud de respeto que permita a los científicos el más amplio espacio de autonomía en orden a conseguir buenos resultados.

En realidad, hablar de neutralidad científica implica caer en una serie de paradojas. La primera consiste precisamente en que hay investigadores que consideran como bueno el tener el máximo nivel de autonomía, lo cual es un principio ético concreto y, por lo tanto, ajeno a la neutralidad.

6 de mayo de 2019

Pensar y amar, amar y pensar


Autor: Álvaro Correa

La capacidad de pensar es, sin duda, un talento bajado del cielo para el hombre. Dios nos concedió este don espiritual por pura y divina amistad, por una inmensa benevolencia que escapa a nuestros límites.

Cada día hemos de darle gracias con un humilde y perseverante esfuerzo por lograr lo mejor de esta genial cualidad. A este respecto y tomando nota de la experiencia en las diversas etapas de nuestra vida, Albert Einstein decía que: “Cuando uno es joven los pensamientos se vuelven amor, con la edad el amor se vuelve pensamientos”.