11 de abril de 2022

Las certezas del católico



Autor: Fernando Pascual

¿Cuáles son las certezas del católico? ¿De dónde proceden? Podríamos resumirlas en los artículos del Credo: un católico cree y tiene certeza sobre todo aquello que le propone la Iglesia y que repite, conscientemente, en el Credo.

Por eso, el católico tiene en su mente y en su corazón una seguridad que es capaz de dirigir sus pasos y orientar toda su vida. Por desgracia, no siempre vive como dice creer, pero si es honesto, pedirá perdón por sus pecados y buscará caminos para que su vida corresponda a las certezas de su fe.


En un mundo de confusión como el nuestro, el católico aporta unas certezas que no son algo exclusivo para un grupo, sino para todos. Si Cristo ama a los hombres, si vino para salvar a todos, las certezas del católico valen también para los demás.

En el diálogo interreligioso, a nivel “macro” (discusiones entre expertos y entre líderes religiosos) y a nivel “micro” (cuando encontramos a un musulmán o un budista en el ascensor de casa), el católico ofrece con alegría y respeto sus certezas.

Fuera de esas certezas, el diálogo no llega a tocar los temas fundamentales. Porque un diálogo interreligioso en el que participe un católico debe necesariamente abordar temas como la Encarnación de Cristo, la Divinidad de Jesús, la Santísima Trinidad, la Redención, la Muerte y Resurrección del Señor, la necesidad del bautismo para la salvación, etc.

Son certezas importantes, por un motivo simple: porque vienen del mismo Dios, y porque las ofrece para nuestra salvación. No se trata de invenciones humanas, ni de tradiciones sometidas al desgaste del tiempo. Puesto que las certezas católicas surgen desde Dios y están sostenidas por el Espíritu Santo, tienen una validez universal.

Por eso el católico necesita hablar desde una actitud humilde y llena de afecto hacia todos, porque sus certezas vienen de un Dios bueno, que desea entrañablemente que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad (cf. 1Tm 2,4).

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