19 de marzo de 2018

Christopher Dawson: una recomendación


Autor: Navegando entre ideas

Christopher Dawson (1889-1970) fue un escritor convertido y apasionado, que defendió su fe católica en un mundo confuso y lleno de angustias.

Por eso leerlo resulta especialmente útil para no sucumbir a la marea del materialismo, del modernismo, o de modas anticatólicas.

Recientemente ha sido republicada una edición en castellano de tres escritos de Dawson, bajo el título El cristianismo y los nuevos tiempos.

Se puede descargar gratis, en tres formatos digitales, en esta página: https://www.ebookscatolicos.com/el-cristianismo-y-los-nuevos-tiempos-christopher-dawson/

Unos párrafos de este texto pueden servir de estímulo, esperamos, para la lectura de estos (y otros) textos de Dawson:



"Es común objeción de nuestro tiempo, y muy difundida por cierto como crítica contra el catolicismo, la de que nuestra religión desdeña las realidades que hacen progresar a la humanidad — ciencia, industria y organización política— por perseguir bienes imaginarios en un mundo de visiones. Pero de hecho el Cristianismo crea la fuerza motivadora —voluntad espiritual— en que todo verdadero progreso se funda al fin y al cabo. Sin ese fundamento espiritual, cualquier progreso del saber o de la riqueza no hace sino ensanchar la esfera del dolor y aumentar las posibilidades de desorden social.

Todos los grandes movimientos que ha producido la civilización secular moderna han adolecido, cuál más, cuál menos, de ese mismo defecto. Ya miremos la Italia del Renacimiento, ya la Inglaterra de la revolución industrial, ya la Alemania de los últimos cuarenta años [la obra es de 1933], siempre descubrimos que progreso y riqueza que se fundan en el egoísmo individual o nacional llevan a la destrucción y al sufrimiento.

En cambio, una civilización que conoce sus propias limitaciones y que se inclina ante el reino del espíritu, aunque sea débil y aun no esté madura como la civilización europea en la baja Edad Media, tiene más vida que la triunfante civilización material de nuestro tiempo. No hay esperanza para la humanidad ni en la ciencia ni en la organización económica: estas cosas no son más que instrumentos que pueden usarse para la muerte, en vez de usarse para la vida, cuando la voluntad que los usa es desordenada.

Una tras otra, las civilizaciones del pasado se han estancado y caído en la ruina, porque estaban contaminadas en su misma fuente, es decir, en la voluntad espiritual que se oculta detrás de la apariencia externa de las cosas. La única salida que le queda a la humanidad para poder escapar de este círculo desesperante de arranque en falso y de frustradas esperanzas, es la conquista del mundo por la caridad, la venida del reino de Dios".

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