28 de diciembre de 2015

Mundo, ¡cuánto has cambiado!

Autor: Álvaro Correa
La anestesia de la costumbre ha atenuado la percepción de los cambios sociales y tecnológicos acaecidos en los últimos años.

¿Qué tiene hoy de extraordinario recibir un e-mail, comunicarse por Skype o escuchar música con audífonos? ¿Qué rareza notamos en la luminosidad provocadora de los anuncios publicitarios y de los escaparates comerciales?

Nos parece -especialmente a los niños y jóvenes- que “siempre ha sido así” y la verdad es que no. Hace sólo cuatro décadas las cosas eran muy distintas.

En días pasados Otis Johnson salió de prisión después de 44 años. Una breve entrevista ha recogido sus impresiones sobre las novedades que encuentra en las calles y en el modo de comportarse de las personas.

Hay detalles simpáticos: “Vi que todo el mundo va hablando consigo mismo, con cosas en las orejas. Y pensé, ¿se han convertido todos en agentes de la CIA?”...

Vivimos grandes cambios externos, pero la cuestión más importante sería ver nuestro interior y revisar si seguimos siendo esos seres amados por Dios, hechos a su imagen y semejanza, herederos de la vida eterna; si todavía deseamos ser santos y ganarnos el cielo con una vida digna; si el amor guía nuestros pensamientos y decisiones; si nuestras palabras son un regalo amable para los demás…

El destino del hombre no cambia, aunque pisemos nuevos mundos.

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