Autor: Álvaro Correa
La medicina ha dado pasos de gigante y abriga enormes esperanzas para el
tratamiento de las enfermedades en el futuro. Ahora bien, ¿cómo hacían nuestros
antepasados para salir adelante de sus dolencias?
La historia de la medicina es tan larga como la sombra de nuestras
culturas. El hombre ha sido atendido médicamente según los conocimientos de
cada época y no dejan de sorprendernos los pasos que se fueron dando hasta
llegar a los conocimientos actuales.
En este sentido, el militar y doctor Marco Terencio Varrón aconsejaba a sus
contemporáneos del siglo I que evitaran los pantanos y las marismas, ya que en
dichas áreas “hay una raza de ciertas criaturas diminutas que no se pueden ver
por los ojos, pero que flotan en el aire y entran al cuerpo por la boca y la
nariz y causan enfermedades graves”.
Un niño de nuestras primarias sabría que nos referimos a los microbios,
pero Varrón ni soñaba que sólo hasta el nacimiento de nuestros “siglos
modernos” se crearían los estudios científicos de microbiología. Él no veía,
pero sí presentía a esas “criaturas diminutas”.
Es de esperar que nosotros también lleguemos a intuir y a sentir la
presencia del Espíritu Santo, que no se deja ver ni palpar, pero que llena de
vida al corazón que lo acoge. El mundo espiritual escapa al ojo del
microscopio, pero es visible para el alma enamorada y para el creyente humilde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario