7 de agosto de 2017

Pasar haciendo el bien

Autor: Álvaro Correa

Con un toque de agudeza, el premio nobel Nicholas M. Butler decía que “hay tres grupos de personas: las que hacen que las cosas pasen; las que miran las cosas que pasan y las que se preguntan qué pasó”.

Este tipo de distinciones dan siempre por supuesto que el hombre es un ser complejo y que, por lo mismo, es incapaz de caber en una casilla. Ahora bien, sabemos que la intención es provocar una reflexión o autoexamen que nos ayude a orientar mejor nuestros criterios de vida y comportamientos.


¿Cuál de estas tres distinciones predomina en mí? Es cierto que no podemos ser el protagonista principal en cada aspecto de la convivencia humana, pero, igualmente es verdadero que a cada uno corresponde el protagonismo insustituible en las propias responsabilidades.

Aquí se trata de estar en primera fila en todo lo que me corresponde, empeñado en cuerpo y alma, y, al mismo tiempo, ser un pedestal para sostener a mi prójimo cuando lo necesite.

Mi familia, el entorno de mis conocidos, mi sociedad y el mundo entero mejora o empeora conmigo, en virtud de la respuesta al protagonismo que me toca y que libremente asumo.


En este sentido, pensemos en la vocación de santidad que nos concede la gracia de Dios y en todo lo que esperan de nosotros quienes nos aman. “Pasemos” haciendo el bien como Jesús.

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