17 de agosto de 2016

JMJ 2016: ¿Ya estás construyendo tu barco?



Autor: Celso Julio da Silva

La Jornada Mundial de la Juventud ha sido un imán espiritual hace algunos días. Jóvenes del mundo entero se encontraron alrededor del Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, quien con gestos de Pastor que huele a oveja ha impulsado a los jóvenes a un profundo encuentro con Cristo. Momentos inolvidables y llenos de sentimientos entre el corazón del Santo Padre y el de los jóvenes.

Por otro lado, cierto es que la juventud grita, canta, baila, reza, se confiesa, se emociona y cuántas lágrimas no derraman… Gestos elocuentes que brotan de corazones jóvenes y entusiastas. Pero al recordar todo esto es bueno plantear una pregunta fundamental: ¿qué buscaban? Planteamos la misma pregunta que Cristo hizo a sus primeros apóstoles: ¿qué buscáis? En definitiva, buscan -en palabras memorables de san Juan Pablo II  a los jóvenes chilenos- “vida eterna”.


Esto significa que el corazón de los jóvenes anhela algo duradero y no pompas de jabón que les dejan vacíos. Buscar la vida eterna que es el mismo Jesucristo. Y la juventud es el tiempo oportuno para encontrarse con Cristo porque, como bien dice un proverbio español, “el que de joven no trotea, de viejo galopea”.

Recuerdo una anécdota que puede realzar lo que los jóvenes buscaban en la Jornada Mundial de la Juventud. Dicen que un geógrafo fue a pasar sus vacaciones en una de las islas del Pacífico. Después de quince días de vacaciones, estando para partir en el muelle, pregunta a uno de los habitantes de la isla por qué había tantos barcos en el muelle. El nativo, casi riéndose asombrado, le responde: “doctor, usted es geógrafo. ¿No vio la cantidad de volcanes que hay en esta isla? Si de repente algún volcán entra en erupción, ¿qué hacemos? Pues por eso están aquí todos estos barcos. Y, además, aquí en esta isla, un joven no puede casarse sin haber construido su barco que dé seguridad a él y a su familia. Cuando un joven termina su barco, significa que ya alcanzó la madurez y está preparado para formar y sacar adelante su familia”.

A los jóvenes que acompañaron la JMJ de cerca o de lejos, ¿están ya preparando su barco para enfrentar todos los volcanes que entran en erupción en nuestro mundo de hoy? Cristo tiene que ser nuestro barco. Solamente Él es el barco seguro que va a salvar sus almas de las grandes amenazas que acechan a los jóvenes de hoy. Este barco es Vida Eterna. Este barco es Cristo. Sólo Él es nuestra seguridad, y es a Él a quien aquella multitud en Polonia buscaba.

Siendo así, ¿ya estás construyendo tu barco? ¿Tu barco es de verdad Cristo?

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