23 de octubre de 2023

El prejuicio anticavernícola

Autor: Fernando Pascual

Entre los adjetivos usados para desprestigiar opiniones ajenas se encuentra el término “cavernícola”.

Con “cavernícola” se da a entender que otra persona piensa de modo desfasado, o peligroso, o superado, o simplemente opuesto a la realidad del presente.

Detrás del adjetivo, hay una visión sobre la historia, según la cual la etapa cavernícola reflejaría un modo de pensar anticuado y, normalmente, negativo.

En esa misma visión histórica, cuando el hombre abandonó las cavernas, símbolo de prejuicios y errores del pasado, empezó a construir sociedades progresistas y positivas.

La realidad es que muchos hombres salidos de las cavernas han tenido prejuicios y comportamientos sumamente dañinos, como los tenían antes de salir de las mismas.

Basta con recordar que hubo cavernícolas que masacraban con garrotes a los miembros de otras tribus, y que luego hubo no cavernícolas que usaron gases asesinos en diversas guerras del siglo XX.

Si analizamos más a fondo el tema, notaremos que el uso del adjetivo cavernícola surge desde un prejuicio usado para condenar otros prejuicios. El prejuicio anticavernícola sería visto como bueno, y los prejuicios declarados cavernícolas serían malos.

Pero, ¿según qué criterios se declara un prejuicio bueno o malo? Además, ¿por qué escoger el término cavernícola como sinónimo de negativo, cuando en muchas sociedades modernas, no cavernícolas, se han desarrollado prejuicios sumamente nocivos?

El uso (y abuso) del término cavernícola encierra, así, extrañas contradicciones y un modo distorsionado de juzgar el pasado, especialmente acerca de la así llamada edad de las cavernas, sobre la que realmente sabemos muy poco.

Además, y aquí se abre otro aspecto del tema, usar y abusar del adjetivo cavernícola como método para denigrar a quien tiene otro punto de vista y así dejar de lado los argumentos es no solo contrario a las conquistas del mejor progreso humano, sino que además lleva a promover actitudes de intolerancia que tanto daño han hecho en el pasado y en el presente.

Por eso, en vez de etiquetar ideas y personas con el término cavernícola, una sana actitud de diálogo escucha, sopesa y analiza las diferentes posiciones con seriedad y con respeto hacia los interlocutores.

Lo cual, en la era de las cavernas y en nuestra era, es siempre algo que se agradece y que permite avanzar, aunque sea un poco, hacia esa justicia que deseamos en lo más íntimo de nuestros corazones y que promueve la convivencia y el auténtico progreso humano.

No hay comentarios: