Autor: Fernando Pascual
El creciente uso de las computadoras permite, entre otras cosas, ayudar en la toma de decisiones que resultan de cierta importancia para la vida de las personas.
Pensemos en algo tan sencillo como otorgar o no otorgar un préstamo. En el banco antiguamente la decisión era tomada por personas concretas que, según criterios mejores o peores, concedían el préstamo a uno y lo negaban a otro.
Con el desarrollo de la informática, en relación a lo que algunos llaman “inteligencia artificial”, un banco puede “delegar” la decisión de otorgar (o no otorgar) el préstamo a un programa que recoja y elabore todos los datos de quienes lo solicitan.