Autor: Pere Tarrés
26 enero 1939:
«Son las cuatro de la tarde. Vivimos momentos únicos. Momentos de emoción
sublime. Saltaría de gozo. Lloraría de alegría. Radio Zaragoza ha dado ahora
mismo la noticia de que Barcelona ha sido totalmente rodeada y que ya han
comenzado a entrar. Discursos. Gritos de "Barcelona" y "Cataluña".
España y el mundo entero están pendientes de las noticias que se van dando,
Barcelona reconquistada para España y para Cristo, Barcelona liberada del
infierno rojo. El marxismo, bajo todos los aspectos, ha sufrido el golpe más
decisivo. Cataluña. Cataluña está ya salvada. Horas históricas. Estamos
conmovidos. Aquí con la familia Casanelles y con los amigos Pallarols y el
padre Evangelista estamos emocionados junto a la radio. Las ametralladoras
todavía suenan. Algún cañonazo retumba en nuestro cielo. Radio Asociación da música.
La aviación sobrevuela la ciudad, a baja altura.
Dios mío, ¿es posible que llegue la hora de la liberación? Benedicite ómnia opera Domini Domino!
Cuando todo parecía hundido, Tú has resurgido lleno de gloria. ¡Señor, es tu
gloria lo único que me interesa, la única cosa por la cual late mi corazón!
¡Dios mío, Dios mío, gracias por haberme permitido presenciar tanto gozo, la
alegría de un pueblo que resucita! ¡Dios mío, Dios mío! Laudate Domínum!
A las cinco de la tarde, en medio de una emoción indescriptible, Radio
Asociación de Cataluña ha señalado la entrada del Ejército Nacional liberador
de España en las Ramblas. Ha sido algo grandioso. A los gritos de "Arriba
España" y "Viva Franco", con la voz fatigada, casi sin aliento,
han anunciado a los cuatro vientos la conquista de Barcelona. Las lágrimas casi
han asomado a los ojos. La emoción y el entusiasmo populares que se han lanzado
a la calle han sido formidables. No he podido resistir la alegría; me he puesto
el traje de paisano y hemos salido a la calle con los amigos Casanelles y Pedrerol.
La gente aclamaba por la calle a las tropas y las columnas motorizadas que iban
llegando, aclamando a Franco y a la España única, libre y grande. Nos
abrazábamos en plena calle. La gente te paraba en medio de felicitaciones y
gritos de alegría. Abrazos, besos, lágrimas. ¡Dios mío, qué admirable! ¡Ha
sufrido tanto Cataluña! ¡Ha llegado la hora de su liberación! He ido a casa y
hemos rezado una estación al Santísimo. Hemos ido a casa de Pedro Llumá, mosén
Pedro Llumá, y de allí con Rof y Bassols a casa del padre Torrents, que nos ha
recibido lleno de alegría.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Cristo, Dios de amor!
¡Viva la Virgen de Montserrat! ¡Viva la Purísima e Inmaculada Concepción,
patrona de España!
Me he sentido profundamente español y nunca como hoy me sale del corazón un
grito bien alto de: ¡Viva España! ¡Viva Cataluña española! España está
destinada a ser una gran fuerza: Ella será el nuevo hogar del cristianismo.
Dios mío, ilumina a Franco y los otros dirigentes, para que todos sus actos
estén informados por las doctrinas de amor y de paz cristianos, como hasta
ahora.
¡Dios mío, salva a la Patria! Te ofrezco todos los sufrimientos y angustias
padecidos hasta ahora, Por nada del mundo querría cambiar esta satisfacción de
haber sufrido por amor a Ti. Que estos años de sufrimientos sirvan para tu
gloria y para la santificación de mi alma.
Los generales del Ejército han pronunciado ahora una alocución formidable,
que ha encendido nuestro corazón, hablando de amor, de paz y de justicia.
Virgen María, Madre mía, contempla la gloria de tu Hijo. Reina de España,
continúa velando por nuestra Patria. Reina nuestra, que pronto los templos
canten tus glorias. ¡Aumenta mi vocación, auméntala mucho, mucho! Hazme un gran
apóstol de tu Hijo y de tus grandezas. ¡Dios te salve, María! Madrecita mía,
consuela a las familias a las que les faltarán tantos seres queridos que
contemplan nuestra alegría desde el cielo. Que ellos continúen velando por la
salvación de la Patria. Madre mía, consuela a tantas madres desoladas, tantas
hermanas, tantas esposas viudas, tantos huérfanos.
Jesús mío, te ofrezco a Ti todo este sufrimiento, este sufrimiento
colectivo, toda la sangre derramada, todo el dolor de tus hijos; y la vida de
tantos inocentes y de tantos amigos.
Los desgraciados de la CNT-FAI están resistiendo todavía. Es cosa de pocas
horas. Que Dios se apiade de ellos.
¡Viva Cristo Rey! ¡Viva España cristiana! ¡Viva Cataluña española!
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