Autor: Fernando Pascual
Existe el peligro de quedar atrapados en urgencias que tienen un valor relativo, y olvidar las urgencias realmente importantes.
Es urgente pagar deudas. Es urgente encontrar un trabajo. Es urgente responder a una calumnia que puede destrozar la fama de un amigo. Es urgente impedir que algún político robe.
Pero lo más urgente para cualquier ser humano empieza cuando alguien ha cometido un pecado mortal y necesita recibir el perdón de Dios. Como también es sumamente urgente hacer todo lo que esté de nuestra parte para que la misericordia de Dios llegue hasta el corazón de un moribundo.