Autor: Max Silva Abbott
Recientemente leía que los avances de la
robótica harán que en dos o tres décadas, no sólo resulte difícil distinguir
entre estas máquinas y los seres humanos por su apariencia, sino que además, en
virtud del desarrollo de la inteligencia artificial, los robots tendrán una
capacidad sin igual para interactuar con nosotros, al ser en el fondo, hechos a
nuestra imagen y semejanza.
Ahora, como todo avance tecnológico, el
que se comenta genera una serie de oportunidades y desafíos nuevos, al
colocarnos en un escenario inédito, aunque pueda tener similitudes con
situaciones anteriores. Una razón más para meditar a su respecto y ponderar sus
posibilidades, aunque en un mundo que se mueve cada vez más rápido, no exista o
no se quiera hacer uso de esta imperiosa necesidad o, en caso de hacerlo,
seamos superados por el cambio de escenario constante al que nos vemos
expuestos.