14 de octubre de 2013

Justo pasado…

Autor: José Gustavo Cerros Rodríguez

Si regreso mi mirar atrás no es para llorar lo perdido, sino para agradecer lo vivido. El ayer de cada uno de nosotros es un como un cofre que almacena cada uno de nuestros recuerdos y cuando lo deseamos nos permite de una u otra forma el volver a vivirlos.

Recordar es transportarnos a un lugar y a un momento específico donde en algunas ocasiones nos vuelve a empapar de aquellas lágrimas derramadas por un amor perdido o simplemente nos vuelve a irradiar con aquella sonrisa que se dibujó en nuestro rostro de par en par y a la que nada podía hacer caer...

Cada recuerdo es una huella impregnada en nuestro corazón, aquella que ha marcado nuestro existir y que tarde o temprano debemos aprender a caminar tomados de su mano.

Por ello es importante descubrir la belleza que existe en el pasado, sin importar nada de lo que hayamos vivido, porque cuando creamos olvidar quiénes somos o hacia dónde vamos, el volver la vista atrás siempre nos brindará un destello de luz que iluminará toda oscuridad y dará ese empujoncito necesario para seguir adelante.

Recordar el pasado no significa vivir de él, más bien es recordar con alegría y justa apreciación el camino que llevamos recorrido, tomar lo aprendido, levantar nuestra mirada y continuar firmes hacia la meta.

En fin, recordar el pasado es poder apreciar con mayor claridad el hermoso jardín que Dios ha ido haciendo germinar en nuestras vidas, porque a decir verdad el pasado de cada uno de nosotros sólo tiene sentido cuando descubrimos la mano Providencial del Creador.

Y depende de nosotros el recordar cada día, en muchas ocasiones valiéndonos de la ayuda de Dios y en otras de cada una de las personas que nos rodean, que al caer la tarde veremos todo tal cual es, y nos admiraremos y agradeceremos la verdadera razón por la cual las cosas sucedieron tal y como hoy las conocemos…

No hay comentarios: