Autor: Madre Magdalena de Jesús, ocd
41.- Sepan siempre disculpar las miseriucas de sus hermanas que sólo desean quitarlas a fuerza de caídas, para volar a Cristo llenas de su pobre amor.
42.- Enamórense cada día más de Él, ¿qué será verle, mirarle y ser mirada por esos ojos, los Suyos?
43.- Hijas, preguntémoslo cada una: ¿le amo y procuro verle y contentarle siempre a Él? Cuanto más le tratemos más intimidad y deleite en el corazón tendremos. ¡Vamos a quererle mucho!
44.- Mirémosle mucho y con gran amor. Pues como dice Ntra Sta Madre: “De ver a Cristo me quedó imprimida su grandísima hermosura”. Hijas, ¿qué será verle? Pues si mucho le amamos, más y mejor le veremos….¡Que tal nos suceda!
45.- Aceptemos todo con suavidad y dulzura interior y exterior, y que Él esté contento siempre, que será la mejor señal de que aceptamos y acertamos a contentarle.
46.- Vacíese de sí para que Él tenga lugar para entrar.
47.- Si amamos a Jesús, amaremos la humillación, la humildad…¡Amemos lo que Cristo amó, y gocémonos en lo que Cristo se gozó!
48.- ¡Dios perdonador!, no un Dios que perdona, sino un Dios que tiene como por oficio y por nombre y por gala y por recreo el perdonar, que está rebosando condescendencia para el pecador que quiere volver a Él, y derrochando longanimidad para esperarle y suavidad y ternura dulcísima para recibirle. Así es Dios, todo misericordia. Deje la casa vacía para que la llene su Rey.
49.- Mejor es que se vea así, vacía de todo para que Él la llene. Procure mucho silencio y mansedumbre. Mírele mucho a Él que nunca se arrepentirá de mirarle. Humildad, humildad, que fuiste abrazada por Cristo y a mí tanto me cuestas…Pídaselo de corazón.
50.- Viva con alegría en su cara, que no le gustan a Él los santos tristes y deshágase por sus hermanas.
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