1 de febrero de 2013

Disparar contra la Iglesia católica es el deporte más fácil y rentable

Autor: Luis Alfonso Orozco

Si quieres montar una noticia basada sobre una falsa acusación, el método es sencillo. Lo han practicado y practican muchísimos: escoge el tema, por ejemplo “elefantes en peligro de extinción” debido a su caza clandestina para extraer el marfil de los colmillos. Después apunta hacia un culpable famoso -pero eso sí que no te vaya a atacar a su vez- cárgale con las culpas y echa a rodar la noticia por los medios que la difundirán por el mundo.

Si la noticia es verdad o no, a algunos les importa poco o nada. Lo que interesa es que sea objetiva, es decir que el hecho cauce sensación y enganche la atención de un vasto público para debatirla, corearla sin sentido crítico porque no prestan atención a su veracidad.


Apunta como “culpable” a la Iglesia, los curas o el mismo Papa, dispara y tienes el éxito asegurado. El último bulo que han echado a rodar precisamente contra la Iglesia de Roma es su supuesta implicación en el negocio del marfil. Ya está. Calumnia que algo (mucho) queda.

He aquí el núcleo de la cuestión, como lo reporta la agencia EFE (23 de enero de 2013) y algunas de las repercusiones que ya ha suscitado en el mundo:

“En la Ciudad del Vaticano ninguna tienda vende objetos de marfil a los fieles o a los peregrinos, aseguró el portavoz Federico Lombardi. El Vaticano no alienta el uso del marfil para los objetos sagrados, afirmó hoy su portavoz, Federico Lombardi, que subrayó que la Santa Sede “no anima, ni siquiera indirectamente, el comercio ilegal de marfil” y que considera la matanza de elefantes con ese objetivo algo gravísimo.

 “Con esas afirmaciones, el jesuita Lombardi salió al paso de un reportaje publicado por la revista National Geographic, titulado “Culto de marfil”, en el que asegura que el marfil es usado por los católicos con fines religiosos y que el Vaticano “no duda en ofrecer regalos en marfil a los jefes de Estado que visitan a Benedicto XVI. El artículo fue publicado en septiembre de 2012 y desde entonces el Vaticano se ha visto “inundado” de mensajes de protestas, según informó hoy Radio Vaticano en su programa en francés, señalando que ante la situación creada, Lombardi ha escrito una carta a la revista en la que niegas las acusaciones y expresa su defensa de los elefantes”.

Disparar contra elefantes o las creaturas en riesgo de extinción es algo grave y triste, que a algunos no les tienta el corazón para frenarlo porque miran sólo al negocio. Pero disparar contra la verdad y acusar falsamente al prójimo, a la Iglesia católica, por ejemplo, porque resulta lo más cómodo y rentable, es algo no solamente grave y desleal. Es negocio de viles, de mentes obsesionadas. Deberán responder ante Dios de sus acciones porque al final la verdad siempre se abre paso.

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