12 de noviembre de 2012

La riqueza de mi fe católica

Autor: José Luis Cordero

«Creo en Dios». Cuando un cristiano dice estas palabras, toda la Iglesia las dice con él. Y con la Iglesia, está seguro de creer en la verdad.

Cada cristiano puede, con el credo, tocar con sus propias manos la realidad de la fe. Es esto un tesoro al que todos tenemos acceso.

Y lo que se ‘esconde’ dentro del cofre abierto es el mismo Dios. Un Dios que es, y es Padre; que nos ha creado, y no nos abandonó a nuestra suerte, sino que aún permanece a nuestro lado, acompañándonos y cuidándonos con la delicadeza de un verdadero padre, como en verdad lo es.

Un Dios que además es Hijo y, por tanto, nuestro Hermano mayor, que está dispuesto a todo, incluso a dar la vida, solamente por mí.

Y un Dios que me da su Espíritu de Vida, para que pueda gozar de Él y darle gloria por siempre.

«Profesar la fe en la Trinidad, equivale a creer en un solo Dios que es amor» (carta apostólica Porta Fidei, Benedicto XVI).

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