12 de febrero de 2014

Cuando perros y gatos empiezan a ser más numerosos en los hogares

Autor: Luis Alfonso Orozco

Europa, e Italia en concreto, se ha ido convirtiendo en residencia preferida de perros y gatos, cada vez más numerosos y mimados en las casas. Algunos italianos muestran una predilección, en ocasiones obsesiva, por “gli amici a quattro zampe”, por los amigos en cuatro patas.

No cabe duda que se trata de los tradicionales animales de compañía, pero la explosión de perros y gatos en las casas y hogares urbanos se explica también por la escasez de niños. El vacío de cunas y biberones, de carritos porta-bebés, de niños y adolescentes, en muchos hogares se suple con los animales domésticos tradicionales, pero no sólo; hay también quienes aman los animales exóticos y peligrosos como las serpientes.


Por muchas calles de las ciudades y pueblos de Italia o España se ven más fácilmente los animales domésticos bajo la correa de sus dueños, que los niños o señoras embarazadas. Los pocos niños que se ven circulan entre una selva de adultos, con proporción de tres por uno. Un caso: hace poco fue noticia nacional en Italia el salvamiento de dos hermanitos, de cinco y cuatro años, que pasaron una noche en una cueva de la montaña. Después de rescatarlos sanos, aparecían rodeados de su padre y de sus dos madres –una de cada niño- y de los abuelos por los tres lados de los progenitores: nueve adultos para dos niños. Imagen de la pirámide demográfica que se ha invertido.

Cuando el cariño de algunas personas se vuelca hacia los gatos o los perros, puede llegar a tornarse en enfermizo, dado que no hay hijos en quienes reflejarse. Parece hasta cierto punto lógico: ya que no hay niños su atención la vuelcan hacia los animales de compañía. Y aquí no hay nada en contra de los perros y gatos, y de su presencia que siempre ha sido habitual en las casas, pero mirando hacia el porvenir surge una pregunta inquietante: Ante el envejecimiento en curso de la población española o alemana o italiana, y la carencia de reemplazo natural –por el desierto de las cunas-, ¿quién heredará Italia, España, Europa en cuestión de décadas?

No los animales, ciertamente. Debido a la drástica disminución de los europeos van entrando cada vez más inmigrantes que proceden de África y Asia, principalmente. A la escasez de niños, por las calles y plazas europeas se suma el hecho de una población cada vez más variopinta. Estaciones de tren donde circulan más africanos, mujeres musulmanas con sus velos, chinos, que europeos. ¿Qué perspectiva no lejana se presenta para una Europa en invierno demográfico, si los perros y gatos se multiplican en los hogares en lugar de los niños?

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