18 de junio de 2014

En China destruyen las iglesias pero los católicos no dejan de crecer



Autor: Luis Alfonso Orozco

La plataforma Hazte Oír da noticia acerca de los recientes ataques del gobierno chino contra los cristianos de su país (cfr. HO, 21/05/2014). El Gobierno chino continúa con su plan de destrucción de los templos cristianos, amparándose en la excusa de construcciones 'ilegales', las demoliciones se suceden. Lo que alarma a las autoridades comunistas del país más poblado del orbe es el aumento, silencioso pero continuo, del número de creyentes. Es el caso de la región de Zhejiang, donde los cristianos suponen ya un 15 % de la población.

Sin libertad religiosa pero firmes en la fe

Lejos de caer en el desánimo y perder la fe, la comunidad cristiana ha crecido en la región, de tal manera que “de los 9 millones de habitantes de la ciudad, los cristianos son ya un 15% aproximadamente”, conforme a los datos de Asia News. El aumento de cristianos alarma al Gobierno, que trata de evitarlo a toda costa destruyendo los templos. Recientemente, el nuevo templo protestante de Sanjiang fue demolido pese a haber contado con todos los permisos oficiales, y pese la oposición pacífica de los fieles que, en un intento de evitar la demolición, se turnaban para salvaguardarlo.


De hecho, la persecución contra los cristianos en países y regiones no occidentales, como Nigeria, Sudán, Pakistán o China, sigue en aumento, al paso que los cristianos de esos lugares crecen y ofrecen un testimonio de paz y de fortaleza. Mientras que muchos en Occidente abdican de su fe, perdiendo incluso su identidad porque ya no saben ni cómo llamarse, los valientes cristianos en aquellas regiones son castigados duramente, mas no renuncian a su identidad ni a su misión de llevar el amor de Jesucristo, pese a las persecuciones violentas.

Con libertad religiosa pero débiles y sin identidad

Por el contrario, la persecución en el Occidente pos cristiano asume tintes también de odio contra la Iglesia católica, pues aunque no se eliminan las personas, se busca desacreditarla y atacarla por todos los medios, como la falsa imagen creada en muchos informativos, en películas y crónicas periodísticas. Además, con el tema de la pedofilia, exacerbada precisamente contra los ministros de la Iglesia, son muchos los abogados y grupos que sacan tajadas millonarias azuzando continuamente el fuego. Es un jugoso negocio que no están dispuestos a perder.

Estos momentos de crisis y de prueba deberían ser la ocasión para que los cristianos europeos y de Norteamérica reaccionen, oponiéndose a la fuerte corriente anticristiana, en lugar de diluirse en la indiferencia o la inoperancia. Ante las pruebas nunca falta la gracia de Dios, precisamente para mantenerse firmes en la fe y superar los embates del mal. Como enseñan los cristianos chinos, por ejemplo, o mejor con el testimonio de fortaleza de Asia Bibi, la mujer paquistaní católica, en peligro de muerte desde hace años y privada de su libertad.

La paradoja es que los cristianos de Asia y de África no dejen de aumentar, precisamente cuando son más hostigados e incluso perseguidos con pena de muerte. Se hacen fuertes en su fe en Cristo, mientras el mundo los odia, conforme a las palabras proféticas de Jesús, quien nunca aseguró la tranquilidad a sus discípulos, en medio de un mundo hostil a su Evangelio.

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