5 de mayo de 2014

El evento de los 4 Papas



Autor: Luis Alfonso Orozco

Dos Papas vivos y dos elevados a los altares en el mismo día. Francisco y Benedicto XVI, San Juan XXIII y San Juan Pablo II. Cuatro Papas que han escrito páginas de historia en la Iglesia en los últimos 60 años. Una jornada histórica para la Iglesia católica, vivida en la plaza San Pedro, en el mejor de los escenarios posibles.

Los santos viven en el cielo pero nacen aquí en la tierra

La santidad es una prerrogativa de la Iglesia, que está conformada por todos los bautizados. Dentro de Ella conviven santidad y pecado, pero muchas veces la mirada se detiene sólo en la cara débil y menos edificante de los hombres, mientras que la santidad existe pero de manera más oculta. Cuando la santidad se muestra en su fuerza y esplendor, como sucedió durante la jornada histórica del 27 de abril en Roma, entonces se hace realidad la promesa de Cristo Resucitado, de que el amor es más grande que el odio y más fuerte que la muerte.


De lo que más se ha hablado en los días previos a la canonización ha sido acerca del gran número peregrinos llegados a Roma de todo el mundo, de la gran organización de la Ciudad Eterna para el evento, de si haría lluvia o no. Pero eso es anecdótico, mientras que el enorme bien espiritual en los corazones de las personas que se han preparado para esta gran alegría es lo que verdaderamente queda. La santidad hace mucho bien y renueva las mejores energías en la sociedad.

San Juan XXIII el “Papa de la docilidad al Espíritu Santo”, y San Juan Pablo II el “Papa de la Familia”. Así los definió el Papa Francisco al inscribirlos en el catálogo de los santos canonizados. Ellos vivieron buena parte del siglo Veinte, el siglo de los horrores de las guerras mundiales, de los totalitarismos y de las grandes persecuciones contra la Iglesia, pero mostraron con su sabiduría y sobre todo con el testimonio de sus vidas, la presencia de Dios amor, bondad y misericordia cercano a todos los seres humanos.

El mensaje que nos dejan es muy alentador: a pesar del mal en el mundo, hoy existen hombres y mujeres que responden al amor de Dios y luego se convierten en los mayores benefactores del mundo: los santos. La Iglesia y la humanidad cuentan desde esta Pascua con dos nuevos santos, dos Papas, fieles intercesores desde el cielo por todos los que peregrinan aún por la tierra.

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