Autor: Fernando Pascual
En el mes de diciembre de 1793, un tribunal militar en
Angers, Francia, condenó a muerte a unas dos mil mujeres. Muchas de ellas, en
esas circunstancias dramáticas, sufrieron diversas formas de violencia, también
de tipo sexual.
Algunos dirán que se trató de una entre tantas injusticias
cometidas durante la Revolución francesa, como por desgracia ocurre en
numerosas guerras y en conflictos sociales más o menos graves.
Pero ello no quita la dramaticidad del hecho. Porque no podemos olvidar que esas tres palabras, “dos mil mujeres”, no nos permiten acceder a sus rostros, a sus historias, a sus lágrimas, al dolor de sus familiares y amigos.