Autor: Fernando Pascual
Ocurre que en los debates
parlamentarios unos exponen argumentos y otros exponen demagogia, sin permitir
que exista un auténtico diálogo orientado a la búsqueda del bien común.
Los buenos argumentos se basan
en datos, en ideas, en análisis sobre causas y consecuencias, en proyectos más
o menos bien articulados.
La demagogia se basa en frases
hechas, insultos, insinuaciones difamatorias, ignorancia de los datos,
desprecio hacia los argumentos ofrecidos por los adversarios.